Seleccionado como una de las mejores nuevas prácticas de arquitectura por ArchDaily en 2024, Estudio Rare se define a sí mismo como un espacio experimental interdisciplinario. Con sede en la ciudad de Córdoba, Argentina, sus tres socios fundadores, Agustín Willnecker, Iván Ferrero y Mateo Unamuno, se conocieron mientras cursaban sus estudios en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Córdoba. Con una trayectoria joven pero notable, el equipo de Rare ofrece una visión libre y dinámica del diseño, la arquitectura y la construcción. Sus obras, independientemente de la escala o el encargo, muestran una estrecha relación con el arte, reflejando los diversos intereses y formaciones personales de cada uno de los integrantes del equipo y sus colaboradores.
La identidad del estudio se ha venido gestando desde sus inicios, cuando el nombre "RARE" se adjudicó por primera vez a una pieza escultórica: una obra de arte que también funcionaba como mobiliario y equipamiento, pero que podría haber sido cualquier otra cosa. Así, el nombre, que evocaba algo inusual, sin género y en cualquier idioma, resultó también adecuado para el estudio en su conjunto: un estudio que explora desde el arte, el material, el diseño paramétrico y lo artesanal, en constante colaboración con otras disciplinas y enfrentando los desafíos propios de su contexto. Estudio Rare no es solo un estudio de arquitectura; se da la libertad de experimentar y crear con cualquier tipo de proyecto, sea una instalación efímera, una escultura, un mueble, o una casa, las posibilidades son indefinidas.
Dentro de la metodología de trabajo del estudio, la base esencial es la colaboración y el compartir los procesos para enriquecerse de otros. Aunque el equipo núcleo se conforma con sus tres fundadores, dependiendo el proyecto, trabajan también con diseñadores industriales, artistas, otros arquitectos y profesionales de otos oficios. Asi es como también, además de la producción arquitectónica, avanzan con un proyecto de gestión cultural, llamado Alterable, en la ciudad de Córdoba, donde ahora tienen su oficina, pero además, cuentan con talleres compartidos, un espacio de exposiciones para artistas y abierto al público.
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“La arquitectura busca dar orden al territorio y habitabilidad al entorno”: en conversación con Tomás BravoAlterable sintetiza también el proyecto del estudio en sí mismo. Nunca nos imaginamos una oficina cerrada, acá trabajan muchas otras personas de distinta índole, y convivir en el espacio es entender que los procesos son compartidos. - Es un proyecto que tiene su aspecto arquitectónico, técnico, tecnológico, pero tiene una cuestión de gestión, de curaduría y de relacionarnos con otros artistas y personas que nos parece muy interesante.
En diálogo con Agustín Willnecker (AW), Iván Ferrero (IF) y Mateo Unamuno (MU), hablamos sobre el universo experimental en el que se sumergen al hacer arquitectura, la relación de esta con el arte, la búsqueda material, y cómo todo esto conforma la distintiva identidad de Estudio Rare.
ArchDaily (Paula Pintos) La relación entre el arte y la arquitectura aparece como un eje fundamental en su trabajo. ¿Que significa para ustedes esta relación? ¿Como se pasa de pensar y hacer una obra de arte a hacer una de arquitectura?
AW: Nos interesan los procesos más que la obra terminada. La relación entre el arte y la arquitectura está ligada al proceso: que puede actuar como un punto de partida. Ambas disciplinas se cruzan para despertar o terminar una idea, entonces quizás el vínculo entre el arte y la arquitectura es el proceso en sí mismo. Y por eso también nosotros decimos que no hay tal diferencia, hacer una escultura puede llegar a tener la misma complejidad que hacer un edificio. Intentamos hacer hincapié en cuál será el proceso que nos va a llevar a experimentar a lo largo del proyecto.
IF: Durante mi formación, hubo un momento en que no incorporábamos la escala humana en las maquetas, ya que se pensaba que un proyecto podía ser un edificio, un mueble o una silla. La reflexión era sobre hasta dónde llegaba la arquitectura, porque estábamos diseñando un mueble que también podría ser una fachada o un edificio. Estos límites son difusos, y eso es lo que nos interesa. La relación entre el arte y la arquitectura surge también como una manera de profesionalizar el hobby. Si estamos haciendo una escultura o participando en un concurso, ¿por qué no puede ser nuestro trabajo? A veces nos encargan una instalación artística, y nos buscan porque trabajamos con ciertos materiales. No dejamos que esas propuestas de instalaciones o esculturas sean solo un hecho artístico; también las documentamos, les sacamos fotos, hacemos planos, pensamos en el detalle técnico, etc. Cuando entendimos esto de manera integral, vimos que la arquitectura era parte de todo.
MU: Las discusiones sobre la relación entre el arte y la arquitectura están siempre abiertas. Nos preguntamos dónde empieza una escultura y dónde termina una obra de arte. Consideramos también cómo la arquitectura se relaciona con la función, dado que generalmente un proyecto arquitectónico pasa por una etapa de planificación antes de la ejecución, mientras que una obra de arte puede ser mucho más espontánea. Además, relacionamos nuestro trabajo con la música y el tiempo, explorando miles de variables y conceptos. Estas son discusiones que mantenemos abiertas hasta el día de hoy.
AD: ¿Como es el proceso de trasladar conceptos del arte a la arquitectura? ¿Qué pasa cuando se encuentran con encargos de programas muy específicos o a primera vista muy rígidos o aparece la función?
AW: El hecho artístico hoy en día también está muy abierto. Hay artistas que trabajan desde el proyecto, otros que lo hacen desde un presupuesto, y algunos espacios mismos pueden considerarse obras de arte. Creo que el hecho de que una obra tenga una función no la hace menos artística. Vivir una experiencia, alejarse de la idea de que la función debe ser de una forma específica, te permite explorar otras posibilidades y desafiar los límites. ¿Por qué los muros deberían ser planos? Tal vez podrían tener una inclinación oblicua o adaptarse de manera diferente a las cargas. En el caso del Pabellón de Christian Kerez, ¿es arquitectura, es arte? ¿Y cuál es su función específica? La obra invita a transitarla, a habitarla, a interactuar con ella, y plantea preguntas sobre lo que no se puede ingresar o experimentar de manera convencional.
IF: Nos preguntamos también qué responsabilidad tiene el arte. Aunque uno la asocia con una libertad absoluta, el arte también está sujeto a un presupuesto, a un contexto y a lugares específicos, al igual que la arquitectura. Nos esforzamos mucho en educar sobre esto. Cuando se propone algo nuevo, ya sea un espacio, un material o un enfoque diferente, sin duda se está introduciendo un nuevo modo de uso. Por ejemplo, si diseñamos un local comercial diferente, nos esforzamos en educar tanto a quienes lo usan como a quienes lo gestionan sobre cómo funcionará el espacio.
AD: ¿Cuál es el efecto y la recepción de incorporar este aspecto artístico, experimental y soluciones innovadoras en los proyectos cuando estos se encuentran con el usuario?
MU: Creo que, a veces, esto puede ser más trabajoso, mientras que en otras ocasiones el cliente es más receptivo. Hay un esfuerzo por nuestra parte en luchar por nuestras propuestas. Hacemos un trabajo de comunicación, ya sea a través de gráficos, videos, maquetas, o estrategias discursivas con el cliente. En las reuniones, tratamos de estar presentes todos los miembros del equipo, e involucrar a otras personas si es posible, para que se sienta parte y acepte la idea. También buscamos hacerle sentir parte del proceso, de manera genuina pero persuasiva. Si es necesario, tratamos de que el cliente se identifique con la propuesta y la incorpore como algo propio. En definitiva, se trata de un trabajo constante para defender lo que creemos que es lo correcto.
AD: ¿Creen que los clientes que acuden a ustedes ya lo hacen con una idea más clara de su enfoque o con una mentalidad más abierta para explorar propuestas menos convencionales?
IF: Sin dudas. Muchas veces nos recomiendan nuestros mismos colegas, sabiendo que tenemos esta forma de trabajar, de explorar y experimentar. Es un servicio que, con el tiempo, hemos logrado profesionalizar. Lo que hacemos es brindar un servicio que también apoya a otros profesionales, entendiendo que hay arquitectos que son buenos en la construcción y otros que se destacan en otras áreas. Nosotros, como un estudio creativo, podemos acompañar y asesorar en la fase creativa, ayudándoles a pensar en las ideas, incluso si no llegamos a desarrollar el proyecto completo.
AW: Nosotros también buscamos generar herramientas para adaptar nuestras presentaciones a cada cliente y proyecto. Por ejemplo, si consideramos que a un cliente no le conviene ver el proyecto en planta, elegimos mostrárselo a través de dibujos, o quizás en las primeras reuniones utilizamos solo imágenes o a través de materiales. A veces, incluso organizamos una performance como primer encuentro. La idea es sacarlos del lugar común de pensar que reunirse con un arquitecto es solo ver planos, que muchas veces tampoco entienden del todo. Así que intentamos jugar un poco con esas opciones.
AD: Y en relación a eso, ¿hay alguna metodología de trabajo que se repita en todos los encargos?
AW: La pregunta que siempre nos hacemos es: ¿qué vamos a hacer esta vez? ¿Qué vamos a explorar con este proyecto? La exploración puede ir en una sola dirección o tomar muchos caminos. Y, al ser un estudio colectivo con muchas personas, nos preguntamos desde dónde vamos a encarar esta exploración. Cada proyecto es, en sí mismo, una búsqueda, siempre contextualizada, pensada desde este lugar del mundo, con una realidad concreta. Estamos muy enfocados en ejecutar lo que concebimos, así que nos preguntamos: ¿qué vamos a explorar esta vez?
MU: Y eso deriva en múltiples formas de mostrar o de conceptualizar. Al momento de presentar en una reunión, por ejemplo, puede ser a través de un video, una performance, una maqueta, etcétera.
IF: Nos ayuda también a encasillar el ejercicio tener siempre presente esta pregunta inicial. Así, no importa qué batalla ganemos o perdamos en relación con el pedido del cliente y cómo este influye en el proyecto. El cliente puede pedir un color o algún elemento específico, pero hay una idea central en cada proyecto que nunca se pierde, porque eso no se negocia. Esa idea puede ser explorar con un material, experimentar con la calle, o borrar los límites entre el interior y el exterior. Luego, estamos abiertos a cualquier elección de materiales o detalles.
AD: El aspecto artesanal se manifiesta incluso dentro de la industrialización y la tecnología, tanto a nivel de diseño como constructivo. ¿Cómo es esa exploración material?
AW: Córdoba tiene una cultura material muy importante. Contamos con una producción de hormigón, ladrilleras, e industrias, que nos ofrecen un amplio espectro de materiales para investigar. Nos permitimos explorar desde múltiples perspectivas. La pregunta sobre con qué vamos a trabajar también está vinculada a un material específico. En cada proyecto, nos planteamos esta cuestión inicial. Por ejemplo, si decidimos trabajar con madera y metal, nos enfocamos en esos materiales. En otros casos, podríamos diseñar un nuevo tipo de ladrillo. Actualmente estamos desarrollando un ladrillo de cerámica, lo que nos exige colaborar con fabricantes de ladrillos y visitar industrias del hormigón para entender el proceso de premoldeado. El enfoque material siempre está presente y nos impulsa a relacionarnos con otros actores. Un ejemplo de esto fue la fachada del Caffe del popolo, donde queríamos una superficie continua y plegada que pudiera sistematizarse en cuatro paños. Al considerar que el uso de chapa sería pesado y complicado debido a las costuras, investigamos y probamos con materiales menos convencionales, y llegamos a la fibra de vidrio. Intentamos ampliar el universo material con el que trabajamos.
AD: Además, ¿cómo integran la sostenibilidad y la optimización en este proceso?
MU: Lo pensamos desde un punto de vista transversal, buscando que dure en el tiempo, sea fácil de montar y desmontar, y que no resulte costoso. Es un aspecto que, casi inconscientemente, tenemos en cuenta porque es indispensable para nosotros. También consideramos cómo envejece el material, sin necesidad de saturarlo con accesorios.
IF: Desde una perspectiva más pasiva, generamos espacios, casas y ampliaciones siempre considerando factores como el asoleamiento, las direcciones y las aberturas de manera consciente. También consideramos la eficiencia en nuestro trabajo. Esto incluye cuánto tiempo dedicamos a la producción, cuánto tiempo estamos en la computadora y cuánto tiempo dedicamos a pensar. En este contexto, la eficiencia computacional es relevante: buscamos desarrollar programas que optimicen el uso de la computadora para lograr el mismo resultado con menos procesamiento. Este enfoque también lo aplicamos en nuestro trabajo.
AD: ¿Cuáles son sus proyecciones profesionales a futuro? ¿Qué temas les interesa investigar y desarrollar más en profundidad?
MU: Nos encantaría trabajar en proyectos que, más allá de su tamaño o tipología, incluyan instalaciones, curadurías, o aspectos relacionados con el montaje y la edición. Estamos interesados en actividades que entrelacen disciplinas, como investigaciones en ciencia o biología. Cuando surgen estas oportunidades, nos entusiasma mucho.
AW: Nos interesa también desarrollar proyectos culturales, como un museo, o espacios dedicados a las artes escénicas. Creemos que en estos ámbitos podríamos aportar significativamente. Leíamos recientemente la tesis de Federico Soriano que incluye un capítulo titulado "Sin Escala", el cual explora la idea de que la escala no es fija y que el proceso es fundamental. Lo interesante es que, por ejemplo en nuestro caso, diseñar un banco de hormigón para la calle puede llevar el mismo tiempo que diseñar una casa. Cuando los límites están abiertos, pueden surgir muchas posibilidades, como un proyecto editorial o de gestión, los cuales consideramos igualmente complejos e importantes y que involucran una cantidad similar de actores que diseñar una vivienda.